Giambattista Piranesi (Venecia, 1720 – Roma, 1778) fue un artista que anticipó, con su creatividad, técnica y método, la forma de trabajar de los arquitectos y diseñadores actuales. Además, desde Goya a Murnau su influencia en artistas plásticos surrealistas y expresionistas es innegable. Y más allá, incluso en otros campos artísticos como los videojuegos, se pueden intuir algunos de los escenarios imposibles que imaginó en una de sus más enigmáticas series de grabados: Las cárceles imaginarias (Carceri d’invenzione).

En 2012 tuvo lugar una interesante exposición en el CaixaForum de Madrid sobre el artista veneciano. En ella se podían observar varios de sus caprichosos objetos (nunca antes fabricados), así como más de 250 grabados originales. Y como colofón de la muestra se presentaba un espectacular vídeo en 3D creado a partir de los grabados de la serie de cárceles imaginarias, a través del cual realizar un alucinante recorrido por el interior de estas opresivas prisiones.

Las cárceles imaginarias constituyen una serie de 14 grabados publicados en 1742, en los que el artista concibe espacios de gran dramatismo y profundidad. En 1761 añadió dos láminas más a la serie, re-elaborando algunas de las anteriores para imprimirles aún más contraste y, por tanto, hacer más claustrofóbicos los espacios. La combinación de sus conocimientos de arquitectura y escenografía, junto con su dominio de la técnica del claroscuro y la interpretación fantástica de lugares reales, hizo de estos grabados algo único en su época.

Cárceles imaginarias
Las cárceles imaginarias de Piranesi

La imaginación de Piranesi convirtió ruinas romanes reales en lugares extraños y vertiginosos, donde pasadizos, escaleras, artilugios y pasarelas se transforman en un laberinto del cual no hay escapatoria posible. En palabras de Marguerite Yourcenar en su ensayo “El cerebro negro de Piranesi”, “las líneas grabadas de Piranesi danzan y se enredan, estimulando la imaginación del espectador, al mismo tiempo que le llenan de asombro, una profunda tristeza y una sensación de misterio.”

Cárceles imaginarias
Las cárceles imaginarias de Piranesi

Esta “poética de la ruina” perduró durante siglos después. Goya conoció sin duda estas cárceles imaginarias, inspirando con su propia interpretación a románticos y surrealistas posteriores. Para ellos, estas prisiones simbolizaban el interior tenebroso y desconocido del alma humana. Incluso algunos detalles de las cárceles podrían haber estado esculpidos, en un viaje en el tiempo, por la mano del mismísimo Goya.

Cárceles imaginarias
Detalle de grabado de Las cárceles imaginarias

En la literatura, las cárceles imaginarias fueron la musa inspiradora de “El castillo de Otranto” (1764) de Horace Walpole, protonovela «gótica» admirada por los surrealistas en la que se describen lugares misteriosos y opresivos. Estos mismos pasillos interminables y escaleras que no llevan a ninguna parte tuvieron su influencia posterior en “El castillo” o “El proceso” de Franz Kafka, y por supuesto, en escenarios surrealistas como los de “El gabinete del Doctor Caligari” (1920) de Robert Wiene.

Cárceles imaginarias
Fotograma de «El gabinete del Dr. Caligari»

Al visualizar el vídeo en 3D construido con los grabados de las cárceles imaginarias nos vienen a la mente nuevas referencias, aún más modernas. La primera puede ser pensar en los escenarios como “La cascada imposible” de M.C. Escher. Y otra puede ser las naves o plataformas abandonadas a su suerte de la saga de “Aliens” iniciada por Ridley Scott.

Cárceles imaginarias
La cascada imposible de M.C. Escher

De igual modo las tortuosas escaleras, las máquinas de siniestra apariencia o los largos pasillos de las cárceles imaginarias de Piranesi nos recuerdan diversos videojuegos ambientados en fábricas, manicomios o escuelas abandonadas. Lugares en los que ha ocurrido alguna fatalidad o desgracia, y en los cuales se presenta un “presente detenido”.

En estos videojuegos exploratorios (normalmente del género de survival terror) el laberinto o escenario a explorar es en sí mismo un personaje con vida propia, en el que anidan seres temibles. Silent Hill, Darksouls y Bloodborne son algunos ejemplos claros de esta “arquitectura ominosa” de clara inspiración expresionista en la que la ruina se eleva a la categoría de lo siniestro, y los espacios interiores cobran vida.

Cárceles imaginarias
Imagen de DarkSouls
Cárceles imaginarias
Imagen de BloodBorne

Igualmente en videojuegos clásicos tipo “fist person shutter” como Quake y Doom se encuentran esos espacios multiplataforma orgánicos y claustrofóbicos.

 

Cárceles imaginarias
Imagen de Doom
Imagen de Silent Hill

Si después de ver el vídeo en 3D de las cárceles imaginarias de Piranesi te apetece crear tu propia prisión imposible, es posible hacerlo a través del siguiente interactivo con el que intentar penetrar en la mente del genial artista.

Para saber más:

 

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