

Uno de los personajes más inquietantes que podemos ver en American Gods (y hay muchos) es el humanizado (es un decir) Chernobog, viejo dios de la mitología eslava; como todos los otros antiguos dioses de la serie, ha acabado buscando refugio en una América donde no hay sitio para ellos y donde malviven porque quienes les alimentaban con su fe ya les han olvidado. El actor Peter Stormare, con esa enorme presencia escénica que ha mostrado en tantos trabajos, da vida a quien se ha convertido en una siniestra criatura urbana, un matarife que disfruta usando su poderosa maza.
Pero esta oscura deidad ya nos era conocida aun sin saber nada de mitología eslava, pues ya la vimos nada menos que un película de Disney: Fantasía. Allí, sobre la música de Músorgski, aparecía en forma de demonio supremo. No hay muchas referencias escritas sobre este dios. En la Chronica Slavorum (siglo XII) se le llama el dios negro, siendo su contrapartida Bielebog, el dios blanco. Luz/oscuridad, invierno/verano. En American Gods también se produce el relevo entre ambos.