Un artículo de David Martín López.
Podría parecer que un santo tan paradigmático en la lista de santos de la iglesia como san Juan Evangelista, el predilecto y discípulo bien amado de Jesús, no tendría nada que ver con los masones. Sin embargo, Juan el Evangelista o Juan de Patmos, es uno de los santos protectores de la masonería desde tiempos inmemoriales. Su festividad litúrgica se celebra el 27 de diciembre, coincidiendo con fechas cercanas al solsticio de invierno. Esta cuestión, nada arbitraria como casi todo en masonería, está entroncada con la tradición romana del culto a Jano, el dios romano representativo del sol y de los solsticios, o incluso, a Hermes Trimegisto, padre mítico del hermetismo y de la naturaleza oculta de la verdad.
Este artículo pertenece a Mistérica Ars Secreta Nº1
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