La bruja
Un nuevo estreno cinematográfico se avista en la cartelera de los cines españoles. Hablamos de La bruja: un cuento folklórico de Nueva Inglaterra que se estrena el 13 de mayo de 2016 en las pantallas grandes en nuestro país.
Nos situamos en la época de la colonización británica de los Estados Unidos, en pleno siglo XVII, cuando un granjero inglés es excomulgado y huye con su familia a la espesura del bosque. Se establecen en una granja y es entonces cuando diversas tragedias comienzan a afectar a los colonos: los animales enloquecen, la cosecha se arruina, uno de los hijos desaparece y otro sufre una posesión maligna. El entorno se torna malévolo en lo que es una lucha simbólica entre los poderes oscuros de la naturaleza y la devoción cristiano-puritana de la familia. En el filme, el terror no proviene de la monstruosidad, de la violencia o del sobresalto sino que está hilado de una manera más fina y sutil. El clima es sofocante, los paisajes son tenebrosos y alejados del mundanal ruido y hay un aura de lo desconocido acechando a cada momento: es el horror que proviene de aquello que no podemos dominar y parece vigilarnos. En medio del maremágnum, las mujeres comienzan a estar en el punto de mira de las acusaciones. Es más, la naturaleza femenina de la hija adolescente, Thomasin, comienza a tomarse como peligrosa por el resto de la familia.
El alma del filme bebe de las leyendas, las supersticiones y las tradiciones orales en torno a lo desconocido; este colchón cultural es un valor siempre a tener en cuenta en cualquier película.
La película es la ópera prima del director Robert Eggers, tiene una duración de 92 minutos y está interpretada por Ralph Ineson como William, el padre; su esposa Katherine (Katie Dickie) y Anya Taylor Joy (Vampire Academy) como Thomasin, la hija mayor.
Dos pistas: la obra ganó el premio a la mejor dirección del Festival Sundance de 2015 —certamen de referencia dentro del cine independiente— y las críticas, en general, son buenas. ¿Compramos palomitas para el viernes 13? Encima eso.
Desde Esopo hasta el cyberpunk existen fabulosas historias esperando ser descubiertas. Amor loco por la música: me muevo a ritmo de PPM y escribo a velocidad de RPM.