La pirámide inmortal

Javier Sierra.

La pirámide inmortal. El secreto egipcio de Napoleón.

Planeta. Barcelona, 2014.

351 págs.

20 €

Si algo tienen en común Javier Sierra y Napoleón Bonaparte, aparte de estar auspiciados bajo el signo de leo, es la pasión por Egipto. ambos viajaron hasta el país de las pirámides en busca de los misterios de la cultura faraónica, e incluso pasaron una noche a solas en el interior de la Gran Pirámide. Eso sí, Javier Sierra lo hizo de forma totalmente ilegal, pero esta increíble y temeraria experiencia supuso la inspiración para escribir en 2002 El secreto egipcio de Napoleón, que ha servido para revisar y replantear de forma radical sus principales enigmas y dar paso así a su última novela: La pirámide inmortal.

A través de las páginas de este libro veremos que ritos milenarios, antiguas sociedades secretas y saberes ocultos e iniciáticos nunca fueron ajenos al joven general francés (ya antes de embarcarse hacia Egipto se acercó a los misterios que algunas logias masónicas o iniciáticas guardaban como el mayor de sus tesoros). También conoceremos nexos comunes con otros enigmáticos personajes, como el alquimista parisino Nicolás Flamel o el conde de Saint-Germain.

Quizá por ello no sorprenda que solo tres días antes de su trigésimo cumpleaños, en la madrugada del 12 de agosto de 1799, tal y como indican sus biógrafos, Napoleón Bonaparte decidiese encerrarse en la Gran Pirámide para pasar una prueba singular como la que propone La pirámide inmortal: someterse a la prueba faraónica del «vaciado» o «pesaje» del alma. un ritual secular en el que el neófito debía elegir entre morir a la carne o vivir para siempre.

Además, ese enfrentamiento de Napoleón con su destino sirve al autor para explorar las reveladoras similitudes entre la teología egipcia y la cristiana. Ambos credos propugnan la resurrección de la carne; ambos defienden que sus dioses principales —Osiris y Jesús— nacieron un 25 de diciembre bajo la señal de una nueva estrella en los cielos. Ambos dioses, en definitiva, fueron devueltos a la vida, pero ambos pagaron también  un alto precio por su inmortalidad.

Y es que Napoleón Bonaparte llegó a ser el hombre más poderoso de su tiempo y estuvo a un paso de dominar toda Europa. aunque haya pasado a la historia como un controvertido personaje, no cabe duda de que fue un elegido (tal como dice su carta astral, reproducida en la novela) y de que, como tal, poderosas fuerzas pugnaron por protegerle o destruirle hasta el final de sus días.

Belén Doblas

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