El castillo de Montsegur

El emplazamiento de Montsegur se halla en el departamento francés de Ariège, junto al río Lasset, cerca de la frontera con España. Destaca por la cima de la montaña o pog de Montsegur, imponente cumbre que se alza 1207 metros sobre el nivel del mar, en la cual se han erigido fortalezas prácticamente inexpugnables.

Los cátaros o albigenses fueron un movimiento religioso de raíces gnósticas que tuvo su origen Europa occidental en el siglo x. Sus doctrinas estaban influenciadas por el maniqueísmo, un antiguo culto cuyo credo afirmaba la dualidad creadora Dios-Diablo y que tenía como norma el ascetismo y el rechazo al mundo material. La cuestión es que esta religión comenzó a propagarse y arraigó en el Languedoc francés con mucha fuerza. Así las cosas, la Iglesia de Roma vio una amenaza y promulgó una cruzada contra ellos.

Los cátaros decidieron proteger Montsegur y convertirlo en una plaza fuerte para su defensa. Así, en 1206 pidieron a Raimond de Péreille que fortificara la cumbre de la montaña construyendo un castillo que resultara prácticamente inaccesible. De este modo, mientras la curia romana desarrollaba su persecución, muchos cátaros acudieron a Montsegur para establecerse en lugar seguro. Se creó una ciudadela en lo alto del pico casi autosuficiente. Tanto los perfectos como soldados y pueblo llano se establecieron allí desarrollando diversos oficios y recabando gran cantidad de víveres en previsión de un posible ataque. Montsegur se convirtió así en la última capital del catarismo.

En la madrugada del 16 de marzo fue tomado el castillo. El arzobispo de Narbona ordenó a los cátaros que renegaran de su fe, pero ninguno de ellos lo hizo. Al pie de la montaña se instaló una pira en la que fueron quemados aproximadamente doscientos veinte albigenses los cuales se arrojaron sin miedo a las llamas para así abandonar la tierra que despreciaban y acceder a un nuevo mundo en la gloria celestial.