El Portón del Diablo

Si nos damos una vuelta por Turín y nos acercamos al Palacio Palazzo Trucchi di Levaldigi (actualmente sede de la Banca Nazionale del Lavoro), podremos observar que preside la entrada al edificio el llamado “Portón del Diablo”. Fue esculpido en París en 1675 por orden de di Giovanni Battista Trucchi di Levaldigi, conde y encargado de las finanzas de Carlo Emanuele II. Está decorado por figuras de animales, frutas y ángeles, pero en el centro del portón observamos como una cabeza de Diablo con dos serpientes sujetan el aldabón para llamar a la puerta.

Hay una leyenda que narra que una noche un aprendiz de brujo invocó la fuerza oscura y al mismo Satanás. El Diablo, tentado por esta invocación, decidió castigar al hechicero y encerrarlo detrás de la puerta que el desafortunado nunca podría volver a abrir.

Además de esto, hay otras leyendas relacionadas con la historia de esta puerta. A comienzos del siglo XIX, durante la ocupación francesa, un tal Melchiorre Du Perril llegó al palacio para comer rápidamente antes de partir con documentos secretos e importantes. El hombre, a quien su cochero estuvo esperando, nunca salió el palacio. Parece ser que veinte años más tarde, durante la renovación del palacio, algunos trabajadores, derribando un muro, encontraron un esqueleto encerrado y enterrado por sus pies.

Otra leyenda data de 1790, cuando el palacio pertenecía a Marianna Carolina de Saboya. Cuenta la leyenda que durante una importante y suntuosa fiesta de carnaval, una de las bailarinas que danzaba para entretener a los invitados fue asesinada. El culpable nunca fue encontrado, ni tampoco el arma del crimen. La misma noche del asesinato se desató una fuerte tormenta, con rayos y truenos que rompieron los cristales de las ventanas. Un viento frío soplaba dentro del palacio y apagaba todas las luces, los invitados comenzaron a gritar de desesperación. Poco después, un fantasma se apareció en habitaciones del palacio, el de la bailarina cruelmente asesinada la noche de la fiesta.

Otra historia misteriosa de este palacio sea la de su uso a comienzos del siglo XVII. Se dice que allí se fabricaban las barajas del Tarot. En esta baraja el arcano número 15 es el Diablo, y justo 15 años después de la construcción del edificio se instaló esta puerta. A día de hoy, justo en la acera de enfrente para el autobús número 15. ¿Casualidad?

Y es que se dice que Turín forma parte de dos triángulos mágicos: uno de magia blanca, conformado por Lión y Praga, y otro de magia negra, con Londres y San Francisco.