La Guarida del Lobo

Camuflado en un profundo bosque de píceas y abedules cercano a la localidad de Gierloz (actualmente Polonia), Hitler edificó allí su gran cuartel militar de Führerhauptquartier Wolfsschanze (Guarida del Lobo) donde pasó en torno a 800 días. Se trataba de un complejo fortificado, rodeado de grandes medidas de seguridad (campos minados…) que daba cabida a unos 80 edificios de los cuales mas de la mitad eran búnkeres. Su construcción se realizó en 1941 para facilitar la logística de la invasión nazi de la URSS, permaneciendo activo durante 3 años. Sin embargo, cuando debido a la contraofensiva rusa los alemanes tuvieron que replegarse, la Guarida del Lobo se abandonó ordenando el propio Hitler su demolición. Lo malo es que estaba construida -literalmente- a prueba de bombas, de modo que la gran cantidad de cargas explosivas que se utilizaron para esta empresa, no sirvió para destruir la mayor parte de las edificaciones, que, aunque funcionalmente inservibles, pero se mantuvieron en pie. 

No obstante, no es por su solidez y resistencia por lo que tan imponente complejo ha resultado mas conocido, si no por su implicación en la Operación Valquiria. Precisamente hace ahora 75 años -20 de julio de 1944- el coronel Stauffenberg, junto con otros altos oficiales de la Wehrmacht descontentos con las decisiones del Führer, perpetraron un atentado contra el dictador del que, sin embargo, salió prácticamente ileso, si bien murieron algunos de sus colaboradores. Stauffenberg, junto con otros aproximadamente 200 militares mas fueron fusilados, aunque su heroicidad no fue totalmente en balde, ya que a Hitler le quedaron algunas secuelas físicas y sobre todo psicológicas, que con el tiempo se fueron agravando.

En estos momentos visitar tan imponentes ruinas en el silencio del ocaso resulta lúdico y apacible, a pesar de lo cual, se hace extraño pensar que un lugar que fue tan siniestro, sobre el que gravitaron tan terribles acontecimientos de la historia, se nos presente ahora envuelto en tal atmósfera de paz.

Fotografías: Esther Núñez Pariente de León