La bilocación en el Hospital Materno Infantil

En julio del año 1985 este hospital era ya un referencia regional no solo por los medios empleados para los partos de bebés, sino por las especialidades para las operaciones de tumores. Un día, una joven agitada y preocupada se acercó a la recepción de este hospital a pedirle a la enfermera Elena de Teresa información sobre el estado de su madre. La enfermera le indicó que su madre acababa de ser operada de un tumor, pero que al parecer todo había salido bien y que podía encontrarla en la habitación número tal. La joven no quedó contenta con aquellas palabras y regresó a los pocos minutos a la recepción pidiendo hablar con el médico que había atendido a su madre. La enfermera la puso en contacto con la anestesista, Alicia, que le iba a contar cómo había ido la operación. Pero la joven volvió una tercera vez más a la recepción; en este momento la enfermera Elena de Teresa llamó por teléfono a la anestesista para contarle lo sucedido. Ambas se quedaron sorprendidas, porque ante Alicia, también habia estado la misma joven solicitando la misma información. La anestesista decidió entonces cerrar su consulta y pidió a la joven que esperase en una sala anexa que cerró con llave. Entonces, muy extrañada,  solicitó a la enfermera que avisara a la joven para que se acercase al pie de las escaleras y allí se encontrarían.. Como no llegaba, regresó a la sala de espera que había cerrado, pero allí no había nadie… A los pocos días, cuando la mujer se recuperó de la operación, tanto la enfermera como la anestesista fueron a hablar con ella para contarle lo sucedido. Al ver que había una foto de la joven junto a la mujer se quedaron más tranquilas, pero no esperaban que la familia de la enferma les echase de la habitación porque estaban hablando de una hija que había fallecido dos años antes en un accidente.