La Catedral de Huesca y el Museo Catedralicio

Esta gran iglesia se sitúa en el centro histórico de la ciudad. Si observamos su portada apreciamos que está construida en estilo gótico, lo que la diferencia de otras iglesias de la ciudad como la del Monasterio de San Pedro el Viejo de estilo románico. Esto se debe a que durante varios siglos la mezquita aljama de los musulmanes que ocuparon la zona fue utilizada para el culto cristiano. Cuando las altas eminencias de la Iglesia establecieron que esto era indecoroso, se decidió construir una catedral de porte gótico aunque con influencias del Renacimiento, como las que podemos ver en el retablo principal.

Cabe señalar que la portada de la Catedral está dedicada a la Virgen María y que justo debajo de su efigie hay una mujer de cuyos pechos parecen chupar dos demonios. Esto sería un signo de la perdición.

La catedral alberga, entre otros muchos tesoros, una talla de un Cristo milagroso del que se dice que emana sudor. Se trata de una representación muy venerada a la que acuden los fieles a pedir milagros al Señor.

En el Museo Catedralicio adjunto a la Catedral podemos ver también algunos elementos curiosos como la escultura de una Magdalena penitente enseñando un pecho como símbolo de su lujuria, la cual se halla dentro de una urna de cristal. También nos encontramos con un enorme altar de plata y oro con reliquias de diferentes santos oscenses.

Por último cabe señalar la sala “Tanto Monta”, que recibe ese nombre por ser el blasón de Fernando el Católico. En ella encontramos un impresionante techado además de retratos de distintos reyes de Aragón, así como un lienzo de la muerte de San Lorenzo, ya del siglo XIX.