El cuerpo incorrupto de la Beata Mariana de Jesús

Mariana nació en Madrid el 17 de enero de 1565, en una familia de buena posición relacionaba con la corte ya que su padre era peletero al servicio del rey Felipe II.

Mariana sintió muy joven la llamada de la fe y se dedicó a la oración. Con 22 años ya tenía la firme convicción de ingresar en un convento pese a la oposición de su padre y su madrastra que querían casarla con un joven bien acomodado.

Cuenta la leyenda que ante este hecho se desfiguró la cara y se cortó el pelo para que la rechazara su prometido. Finalmente no se casó y en 1598 se retiró como penitente a la ermita de santa Bárbara. Se ordenó el 20 de mayo de 1614 y se hizo famosa entre los madrileños por su piedad, por su gran ayuda a los niños huérfanos y por realizar algunos milagros. También sabemos que tuvo una serie de éxtasis místicos en los que vio el sufrimiento de Jesús y el de la Virgen María. Así lo relata en sus memorias. 

Su muerte se produjo el 17 de abril de 1624 en el convento mercedario de santa Bárbara de Madrid por un problema pulmonar a la edad de 59 años. Como era tal el fervor popular se decidió hacer una máscara mortuoria sobre su rostro y el encargado fue Vicente Carducho.

El 31 de agosto de 1627 se abrió su sepultura y se encontró que el cuerpo estaba intacto, con la carne fresca y los miembros flexibles en olor de santidad. Vistos estos hechos, el 18 de enero de 1783 fue declarada beata por el papa Pío VI. Actualmente se ha promovido también su canonización.

Todos los días 17 de abril se muestra su cuerpo en el Convento de las Mercedarias de San Juan de Alarcón, en la céntrica calle Valverde, muy cerca de la Gran Vía.