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lugar categorías: Curiosidades y MuseosEtiquetas de lugar: Antropología y Gigante
Una de las piezas más singulares del Museo de Antropología de Madrid es el esqueleto de Agustín Luengo Capilla (1849-1875), más conocido por el nombre de «Gigante extremeño» por su estatura y origen. Agustín nació en Puebla de Alcocer (Badajoz) el 15 de agosto de 1849, siendo el primer hijo de Crisanto -de profesión zapatero- y de Josefa, quienes tuvieron otros cinco hijos -uno de ellos muerto a edad temprana-, ninguno con unas características físicas similares a las de Agustín.
Agustín padecía acromegalia, una enfermedad rara provocada por una producción excesiva de la hormona de crecimiento por la glándula pituitaria. La altura desmesurada se acompaña además de deformaciones en manos, pies y cráneo, donde se produce también un crecimiento excesivo de la nariz, mentón, pómulos, orejas y arcos superciliares.
El Dr. Pedro González Velasco nos cuenta que Agustín Luengo no mostró nada de particular en su aspecto físico hasta los 14 años, cuando empezó a crecer más de lo normal, hasta llegar a una altura de 2,35 m. Desde muy pronto este crecimiento inusual se vio acompañado de problemas de salud, como pérdida de vista o dolores de cabeza, habituales en esta enfermedad.
El 28 de agosto de 1875 llegó a Madrid, después de haber viajado por Andalucía. Se ha considerado en ocasiones que allí había estado trabajando en un circo, noticia recogida en varias crónicas periodísticas posteriores, no obstante, a su muerte y que parece que podría estar avalada por dos carteles conservados en el Museo del Gigante Extremeño (Puebla de Alcocer, Badajoz), donados por familiares de Agustín, en los que aparece éste a modo de reclamo.
Sin embargo, el propio Dr. Velasco no hace referencia a que ésta fuera la forma de ganarse la vida de Agustín en la breve semblanza que hace de él en 1878, con motivo de la presentación de sus restos en la Exposición Universal de París. No hay certeza, por tanto, sobre cómo Agustín se pudo ganar la vida, sobre si actuó o no en circos o, quizá de forma más puntual, en ferias.
Sí indica el Dr. Velasco en su autopsia del cadáver que presentaba signos de malnutrición debidos a la pobreza en la que había vivido, algo que no parece compatible con una vida estable en el circo.
Durante la estancia de Agustín en Madrid, el diario La Correspondencia de España da la noticia de que es presentado al rey Alfonso XII el 3 de octubre de 1875.Cuando el Dr. Velasco conoció y examinó a Agustín destacó, además de su estatura, la piel pálida, la falta de vello en la cara, el prognatismo de la mandíbula, la atrofia de los genitales y su extrema delgadez, así como los dedos gordos acaballados, debido a unos zapatos que le hizo su propio padre, pequeños para sus pies de casi 35 cm de longitud.
Agustín falleció en Madrid el 31 de diciembre de 1875, a la edad de 26 años, como consecuencia de la enfermedad y el 1 de enero de 1876 fue trasladado al Museo Antropológico, gracias a la cesión hecha por su madre, quien lo acompañaba en su estancia en la capital. Manuel Antón da noticia de que Velasco llegó a un acuerdo con Agustín para que cediera su cuerpo para el museo a cambio del pago de la cantidad de 3.000 pesetas, en parte abonada al propio Agustín en vida y en parte a sus padres; no obstante, no se conserva documentación que confirme este dato ni el propio Dr. Velasco hace referencia a ello en la publicación para la Exposición Universal de París referida anteriormente.
El esqueleto y el vaciado en yeso de sus huesos se exponen actualmente en la sala dedicada a los orígenes del Museo.
Fotografía: Outisnn
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