¿El oso que mató a Favila?

El rey visigodo Favila ha pasado a la historia, más que por los hechos de su vida, por la forma de su muerte: en el año 739, cuando llevaba 2 de anodino reinado, andaba solo de cacería -a pesar del mal pálpito sobre el que, según se cuenta, le advirtió su mujer Froiluba-, cuando descubrió un oso al que hostigó imprudentemente. El resultado fue que el animal lo mató de un zarpazo, quedando en el imaginario colectivo el recuerdo del regicidio cometido por el feroz plantígrado.

Y resulta que en la villa de Navacepeda de Tormes (sierra de Gredos, Ávila) se encuentra, fijada a la puerta de su iglesia de S. Juan Bautista, un objeto bien extraño: precisamente la zarpa de un oso.

Según una leyenda popular, este singular exvoto es donación de un segador que yendo por el campo se topó con uno de ellos (cuando aun los había por esas tierras), comenzando una despiadada lucha en la que el hombre, tras encomendarse al santo patrón, consiguió matar al enfurecido oso con la hoz. Como creyó que su victoria con tan pobre armamento se debía a la intercesión divina, le cortó la garra y, a manera de agradecimiento, la fijó en la puerta del templo; y ahí sigue para curiosidad de muchos, entre ellos de E. Hemingway quien la mencionó en su novela “Por Quién Doblan las Campanas”.

Recientemente se la ha protegido con una lámina de metacrilato, ya que al permanecer a la intemperie (aun bajo el pórtico) se estaba degradando; previamente, se le extrajeron muestras para realizar pruebas de ADN (su filogenia es de oso pardo)  y  cronológicas (Carbono  14 ), resultando su antigüedad del siglo XV/XVI).

Estos datos técnicos están en total consonancia con la tradición del pueblo pero, sin embargo, no falta en la mente de algún romántico el pensamiento -más allá de la razón que aportan las pruebas científicas-  de. que se trata de la zarpa del oso que mató a Favila.

Fotografías: Esther Núñez Pariente de León