La reja del Diablo de Sevilla

En pleno barrio de la judería de Sevilla, en Santa Cruz, un lugar lleno de historia
y de una energía especial, se encuentra esta extraña ventana de forja, concretamente
en el edificio 1 de la plaza Alfaro. El caserón que alberga esta “joya” artesanal, data de
la época dorada de Sevilla. El habitante más destacado del edificio a principios del S.XIX
fue Manuel López-Cepero y Ardila, doctor en teología, fundador del museo de bellas artes de Sevilla y nombrado canónigo de la catedral de Sevilla en 1835.

Este palacete fue levantado con los mejores materiales traídos de toda Europa y con 14 ventanas, cada una de ellas bien diferenciadas, con un tipo de reja diferente que las hace únicas.
La más llamativa es la denominada “reja del diablo”, apodada así por la dificultad de la técnica, ya que se pensó que sólo el diablo podía manejar el hierro a su antojo.
Se trata de una elaboración machihembrada, casi imposible de realizar, debido a que
la forja no es un material tan maleable para ese diseño ornamental. Consta de barrotes
horizontales y verticales, los cuales se entrelazan entre sí, pasando alternativamente por
dentro y por fuera del anterior, creándose así una especie de trenzado llamado “punzado”.

La incógnita se centra en el origen de esta misteriosa reja, se dice que pudo realizarse
por un herrero mudéjar en Jaén, pero lo cierto es que debido que está realizada sin ningún tipo de atornillamiento, ni de soldadura, se dice que fue realizada in situ. Los barrotes habrían sido manejados por las garras del mismísimo Lucifer. Hoy día, sólo se conocen algunas “raras joyas” parecidas ésta en Austria o en la cuidad catalana de Sitges, desconociendo también su origen.

Fotografías: Joaquín Montiel