Atlantes en el Museo de los Mosaicos

“Atlantes”, “hombres salvajes”, “hombres verdes”… Pocas figuras mitológicas están tan extendidas geográficamente como este extraño personaje mitad humano mitad bestia, de rostro grotesco o brutal, a menudo representado con la cara rodeada de hojas y ramas o con barba abundante hecha con elementos vegetales. Podemos verlo en muchas ermitas románicas o incluso en catedrales (como la de Ávila). Pero también en contextos nada religiosos, como en no pocos pubs británicos. Los estudiosos de la cuestión especulan con se trata de un arquetipo, de un símbolo de nuestros deseos ocultos o de nuestras ansias por regresar al bosque, a la naturaleza, a nuestro estado primitivo. El “hombre salvaje” de la fotografía, plasmado en un mosaico bizantino del siglo VII, puede responder a ese arquetipo, pero desde luego no posee la apariencia brutal ni la fealdad que suele caracterizar a estos personajes. Para verlo “en persona” hay que ir a uno de los museos menos conocidos y visitados de Estambul, el Museo de los Mosaicos del Gran Palacio, muy cerca de la plaza de Sultanahmet, antiguo hipódromo de Constantinopla. Es un museo pequeño, pero muy recomendable.